jueves, 14 de febrero de 2013

Cuentos de Rosario


Se definían como 'Las cuentacuentos', eran de Rosario y llevaban 24 años explicando historias por bares, ferias y teatros.

Ana y Teresita eran docentes y amigas y les gustaba crear, montar mundos mágicos para hacer reír, llorar y emocionar. Contaban con algunos recursos para conseguirlo: juegos, máscaras, atrezzo... aunque su acento y afán recaía en la palabra.

Nos tomamos un café en La Sede, un espacio cultural donde ellas habían actuado innumerables veces. Me preguntaron primero por mi viaje y qué pensaba de su ciudad. Ambas habían estado en España, tenían lazos con ella y recordaban a Barcelona con cariño.

Me aconsejaron por donde ir, por donde no ir y, con un instinto maternal, me ofrecieron su lavadora y su casa. Me sentí arropada. Les pedí que me contaran un cuento corto, de menos de 5 minutos. Teresita eligió por 'El domingo 7' y empezó a narrar.

Cambió su cara y su voz, se transformó en una bruja y, de pronto, en un niño...Al terminar el relato la aplaudí. Sin duda eran unas profesionales de la imaginación, del arte y de la palabra.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario