domingo, 28 de abril de 2013

Cuentos de Santiago

Casi un mes más tarde de lo previsto, Eva Passig me citó a las 14h del viernes en la Biblioteca de Santiago. Ella trabaja como asistente de sala en el área infantil desde hace 7 años, aunque se define como actriz y cuentera, y hace más de 20 años que trabaja con niños. 

A través de sus empleo en una editorial de revistas infantiles empezó a tomar contacto con colegios exclusivos. "Hacía 8 funciones de cuentos al día, unas 40 a la semana. Aprendí mucho y encontré ese rol social que más me gustaba". Aunque quizás aquel público pijo y adinerado no era lo que más le gustaba, Eva reconoce que "el cuento no discrimina a nadie".

De la editorial llegó a contar cuentos en la biblioteca pública, recién inaugurada, más abierta, más social. "Cultura para todos, es como un gran mall cultural", asegura la cuentacuentos. 

En su primera sesión como narradora hizo diferentes pases. Me contó que una niña llamada Darinca y sus tres hermanos asistieron a todas las representaciones. "Esos niños bebían sólo agua, no habían almorzado nada, sólo pan porque no salieron de la biblioteca. Ahí me di cuenta de que aquel sitio iba a ser muy especial para mi", confiesa Eva. Resultó que aquellos niños eran los hijos de la cartera y que, después de tiempo, Eva los ha visto crecer. "Darinca ya es adoolescente, la mejor estudiante del liceo, y sigue acompañando a sus hermanos menores a los cuentos".

Cuando se coloca enfrente de los chavales, Eva se transforma en el hada Leo Leo: alta, con su gorro de maga y les invita a soñar. Son muchos los proyectos que lleva a cabo desde la biblioteca, desde visitas guiadas, encuentros con escritores, hasta cuentos para niños hospitalizados, historias para familias o cuentos en cárceles.

"Leo Leo ha volado a hartos lugares con su caja viajera". Eva me guió hasta el segundo piso, a una habitación con dibujos de Andersen en las paredes y un pequeño teatrillo para títeres. 

Me explicó La pelea entre el Sol y la Luna, una antigua leyenda de los indígenas onas de la Tierra del Fuego, en donde las mujeres dirigían a los hombres. Me gustó el cambio de roles de los personajes, "cuentos de género" -me dijo-"las niñas ahora son piratas, la sirenita agarra su mochila para viajar, las princesas no esperan ser rescatadas, sino que salen en busca de aventuras".


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