jueves, 21 de marzo de 2013

Perito Moreno, el hielo infinito


Frente a la península de Magallanes, a 80 km de El Calafate y en mitad de la región de la Patagonia se encuentra el glaciar más famoso del mundo, el Perito Moreno. Debe su nombre a Francisco Moreno, un científico explorador y curioso de esta zona austral.

Se trata de un gigante blanco de 60 metros de altura sobre el nivel del lago Argentino y de 5 km de ancho. Fuimos en taxi y, a medida que nos aproximábamos, su tamaño impresionaba más y más. 

Una vez en el parque, caminamos por los senderos Interior, del Bosque, de la Costa para ver el glaciar desde distintos puntos. Cuanto más cerca, más colores en el hielo: no era de un blanco nuclear, sino de tonos turquesas, mezcla del agua y del cielo, y pintado de grietas negras, como un mármol. Mirar toda su extensión era como estar frente a un gran campo de bloques helados. Me imaginaba caminando sobre ellas, saltando de piedra en piedra como el espigón de una playa blanquecina y resbaladiza.

Aunque los más espectacular del Perito Moreno no era su forma o su tamaño, sino su sonido. Pedazos de hielo se derrumban cada poco, creando un crujido que se pierde en el aire, como un trueno seco e inusual. Cientos de turistas esperan en las barandillas de madera para ver algún desprendimiento, ojo avizor y cámara en mano. Esto es debido al avance imparable del glaciar, que crea presión mientras el agua se filtra por entre sus huecos, creando bóvedas que finalmente caen.

Hoy me siento más afortunada aún. Otra maravilla del mundo vista y disfrutada en mi ficha de viajes. ¿Qué más nos espera en América Latina? No llevamos ni la mitad de la aventura y la emoción no decrece...

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